domingo, 20 de julio de 2025

Una Estrella en el Cielo

Una EstreUna estrella en el Cielo

Desde el nacimiento de mi hijo estuve en un estado de auto-confinamiento. Estuve en un estado emocional muy fuerte. Desde que, aproximadamente la semana 21 de gestación del embarazo de mi hijo Rodrigo, presenté contracciones de un falso trabajo de parto, entré en modo piloto automático de una fortaleza creada para proteger a Rodrigo que me aislé de todo y todos. Los motivos? Bueno solo haré mención al permiso de lactancia de los dos años y una desmejora laboral que me hicieron por pelear por mi permiso de lactancia y luego por volver a estar embarazada aún disfrutando de mi permiso de lactancia (reclamo tácito de quién era mi supervisor en ese momento) el cual peleé con garras y dientes y gane, pero lograron quebrantar mi estabilidad emocional con acoso laboral y demás, que sobran palabras para explicar. Un cuento para otro libro jejeje. Al volver de mi segundo reposo de postparto al trabajo, solicite inmediatamente cambio de gerencia y sin mucho insistir me dieron. No sé si por mis antecedentes jajaja, en fin. Estaba muy sentida por todo lo ocurrido durante mi embarazo, aunque tuve un maravilloso parto en casa por segunda vez, quedé sentida porque el embarazo de Rodrigo me movió muchas cosas que para ese momento ni había sanado del todo. Otro tema para otro libro. Pero básicamente aquí voy hace un pequeño paréntesis para hacer un llamado: Por favor queridos padres, hablen con sus hijos de la importancia de no permitir que nadie, absolutamente nadie, ni familiar, ni nadie… ok.. nadie les chantajee a cuenta de nada. Además, los hijos están bajo la estricta supervisión de los padres y de nadie más. Así que está pendiente de quién habla con ellos y que les dicen. Los niños son tan vulnerables y este mundo tan sucio y llenos de criminales. Cuídenlos por favor. Cierro paréntesis… entonces estuve en un ciclo de auto-confinamiento dónde no permitía que nada me sacara de ese estado. Ya estando en la nueva gerencia estuve mucho tiempo a la defensiva porque según yo, no iba a permitir que “volvieran hacérmela” ja ja ja.. conté y cuento con un excelente equipo de trabajo. Con los pocos que llegue a relacionarme para ese momento de verdad excelentes personas, muy receptivas, amables y cariñosas. Pero, yo a lo muy interno estuve un poco o mucho a la defensiva dónde no permitía nada más allá de una relación laboral cordial. El año 2019 estuvo cargado de muchos momentos que ya veo que solo fueron aprendizajes y que la vida o el universo te dará de lo que más necesitas para superarte y ya esto lo digo muy consciente. Ese año comparamos un carro, también se nos daño cuando tenía apenas un mes de haberlo comprado, mi esposo quedó sin empleo (otro tema para otro libro jajaja). Tuvimos que hacer de todo para solventar todas esas situaciones, además, me lesione un pie y estuvimos tiempo fuera de casa porque Luis tuvo que trabajar afuera de CCS. Entre tantas cosas que ocurrieron y ocurrían no estuve pendiente de los llamados de mi cuerpo. Era una semana antes del día del padre del 2019 cuando fui al ginecólogo por varias molestias en mi vientre pero lo que más llamo mi atención era que tenía 2 meses sin ver menstruación. Yo, siendo una persona muy puntual con mi regla, me dije, con todo este peo que hemos vivido debe ser un algo hormonal. Vaya sorpresa cuando el doctor me indica que estaba embarazada pero no había latido fetal. A partir de ese momento entre en un segundo túnel, no quería escuchar más nada al respecto, solo quería llegar a casa. Al llegar a casa lloré y lloré. No entendía lo que estaba ocurriendo. Llame a mi gran amigo Elvis, le conté, él me contuvo y me acompaño en mi dolor. Yo solo quería llorar y entender pero más me aislaba de la realidad. Trataba de repasar en qué momento había pasado todo esto. Luis llegó a casa y hablamos y solo lloramos. No sabía que hacer aún estaba tan aturdida de todo. Al día siguiente fui al trabajo y casi todo el resto de la semana. El día jueves, aún entre la negación y las emociones revueltas decidí contactar al Dr. Beltrán que ya no está en Venezuela, porque sabía que el me podía dar luces al respecto. Le comenté todo lo que estaba ocurriendo y le pedí que me ayudara a tomar una decisión, si esperar a la expulsión natural o si era mejor ir a que me realizarán un legrado (curetaje). Él lamento mi perdida y me aconsejo que porque como sabía cómo eran las cosas con los ginecólogos que no me ayudarían en el proceso de acompañamiento para la expulsión natural, y que podía ser muy dolorosa y además que los riesgos eran un derrame fuerte y que eso podía ser muy rápido o muy lento, entonces considero que lo mejor por todo lo antes expuesto era realizar el legrado pero también me aconsejo que aunque para mí era lo mejor que me tomara mi tiempo para vivir mi duelo porque se trataba de una perdida y como todo proceso de perdida me aconsejo vivir mi duelo y además me aconsejo un ritual que ya no recuerdo el nombre pero básicamente es como darle un lugar especial. Ese mismo día tomé la decisión ir a la clínica y se lo comenté a Luis. Acordamos ir el día sábado para que no interfiriese con mi trabajo, el de Luis y las clases de Mia y Rodrigo. El día vienes después de dejar a Mia y Rodrigo en sus respectivas guarderías nos fuimos a la clínica porque podía ser muy complicado el día sábado por el tema del seguro. Al llegar a la clínica no atendieron de inmediato por emergencias. Se activaron todos los protocolos de rutina, como al medio día me atendió una ginecobstetra y confirmo el diagnóstico de muerte fetal, y me indico que realizaría un legrado y que debía colocar las pastillas cytotec por administración oral y vaginal. Esto ha sido la experiencia más horrible porque además de perder una vida, estaba tomando pastillas abortivas, un choque emocional muy duro. Para resumir el cuento y no entrar en tantos detalles, el legrado me lo realizaron al día siguiente, Luis que ha sido mi caballo de batallas, estaba tan destrozado como yo, pero el no quería hacerme sentir peor y le tocó se fuerte y más fuerte durante esos días y los días posteriores. Aún cuando escribo esto ya después de un año, aún lloro porque me duele, me duele muchísimo. Nadie sabe lo que se siente hasta lo que vive. Siento tanta culpa porque era mi responsabilidad esa vida que aunque no fue planificada, llegó y se fue muy rápido. Trabajo mucho en perdonarme y sanar. Son tantas heridas que a veces me digo coño panita (Dios) no me dejas tiempo entre un y otra pero se que esto es una gran lección de vida. Se que es mi estrella en el cielo. Tengo tres hijos, dos conmigo y un@ se convirtió en estrella para acompañarme desde allí y ser mi estrella de Belén. Te amo hij@. Escribí todo esto como parte de mi terapia de sanación y perdón.

Lo Siento, Perdón, Gracias, Te Amo

Gracia

La Naturaleza es Sabia

La naturaleza es sabia

El nacimiento de mi hijo Rodrigo Ignacio fue totalmente diferente al nacimiento de mi hija Mia Alejandra. No esperaba nada igual. Dejando así mucho aprendizaje. Me dejó mucho aprendizaje. La naturaleza es sabia.

Eran las 6:00 AM de aquel lunes, 30 de octubre del año 2017, nos encontrábamos por salir a nuestra rutina de siempre, llevar a Mia a la Guardería, Luis a su trabajo, yo me encontraba de reposo pero me encanta acompañar a Mia a la guardería. Me encontraba justo en la semana 38 de gestación y había tenido mucha actividad durante todo el embarazo. Fue el año de las “guarimbas”, del caos (Sí, del caos, mucho caos y no solo a nivel país, sino también de mucho caos en mí, pero ese cuento lo escribiré en otra edición jajajaja. Saliendo de casa, sentí que me hice pipí (pensé yo) y me fui corriendo al baño. Al salir del baño, le comenté a Luis que presentía que había roto “fuente” y antes que entrara en pánico le dije: - no te vayas alterar y hacer un escándalo. Llame o escribí al Dr. Beltrán (no recuerdo muy bien) y quedamos en vernos en su consultorio. Durante el camino a CCS (yo vivo en Guatire), iba contabilizando las contracciones y le indicaba al doctor por mensajes. Al llegar al estacionamiento del trabajo, me volví hacer pipí (Diosssss!!! hice una laguna entera) usaba una falda larga e inmediatamente abrí la piernas y espere que bajara todo el líquido amniótico y fui directo al baño. Camino al comedor, me encontré con una gran amiga y desayunamos juntas. Estuve rezando todo el desayuno que al pararme de la silla no volviera hacer el desastre del estacionamiento porque me iban a llevar corriendo a una clínica. Dejamos a Mia en la guardería y nos dirigimos al consultorio del Dr. Beltrán que quedaba a unas pocas cuadras en Sabana Grande. Epa!!! No recuerdo en qué momento hablé con Elvis y Janeth (mis Doulas estrellas) pero lo hice y quedamos en vernos en le consultorio de Beltrán. Al llegar al consultorio, había varias pacientes, Beltrán me preguntó cómo me sentía y me indico que pronto entraría al consultorio. Cómo estaba muy ansiosa, decidimos ir a caminar por el bulevar de Sabana Grande para hacer un poco de tiempo. Al volver ya se encantaba Elvis, Janeth y Eva. Al rato entramos al consultorio y Beltrán me realizó un ultrasonido. Todo apuntaba que estaba bien y me realizó un tacto por la cantidad de líquido amniótico que había perdido. Me indico que estaba dentro de los márgenes “normales” pero que al romper “fuentes” teníamos el tiempo un poco en contra porque según el protocolo venezolano de obstetricia, él debía inducir el parto después de las 12 horas de romper membrana (fuentes) pero que los protocolos gringos dicen que se pueden esperar hasta 48 horas, con cierto riesgo. Como había roto fuentes a las 6:00 AM, tenía hasta las 6:00 PM para tomar decisiones, si inducir el parto porque además apenas tenía 2 centímetros de dilatación. Todo está información género más ansiedad en mí y me colocó un reloj mental que no me ayudaba mucho en el trabajo de parto porque repito, el parto de Mia fue tan diferente que nada me había preparado para esa situación. Nos fuimos a casa los 7; Elvis, Janeth, Eva, Luis, Mia, Rodrigo aún en mi vientre y yo. Al llegar a casa preparamos las cosas, la ropa, la cama, entre otros. Sentía que las horas volaban y que las 6:00 PM llegarían tan rápido con Beltrán de la mano para llevarme a una clínica y que posiblemente terminaría en cesaría el cual no era el plan inicial y ni el plan final, definitivamente no era el plan. Había un solo plan. Parir en casa. Beltrán avisó que llegaría a eso de las 7:00 PM, me daba un poco de “tranquilidad” porque repito, tenía un reloj mental que me sentía presionada. Al saber que Beltrán llegaría, le pedí a Janeth que le dijera que por favor no me comentara nada sobre la hora porque estaba muy asustada y me fui al baño para que disimuladamente hablara con él (muajaja), pero al entrar al baño entre el miedo y la ansiedad sentí que bote como 10 litros de líquido. Estaba realmente asustada. Al salir del baño trate de disimular que le había pedido ese “favorcito” a Janeth. Beltrán me preguntó que cómo me sentía y sonrió. Repito, yo estaba aterrada, realmente aterrada y el bendito reloj que no salía de mi cabeza. Se hicieron las 11:00 PM y me sentía muy cansada pero las contracciones estaba muy fuertes y seguía ese bendito reloj acosándome. Sentí mucho sueño y trate de descansar pero se me hizo imposible. Escuchaba el bendito tic- tac que me decía que en cualquier momento o paria o me llevaba a una clínica o al cualquier lugar a inducirme el parto. Eran como las 3:00 AM del día martes, 31 de Octubre del 2017, el doctor me dijo que tenía que examinarme porque ya habían pasado muchas horas, justo en ese momento vino una contracción muy fuerte, luego Beltrán me realizó un tacto el cual me dolió terriblemente, me levanté directo al baño apenas recobre las fuerzas y volví a botar muchísimo líquido amniótico y tenía terror de salir del baño y que me dijesen que nos íbamos alguna clinica o algo por el estilo. Al salir del baño bien aterrada y al ver la cara de Beltrán me causó mucho desconcierto, tenía cara de risa pero a la vez estaba más desconectado que yo. Recuerdo que me dijo: -yo no sé si aquí está actuando una fuerza sobrenatural o si al santo que le estás pidiendo está haciendo algún tipo de milagro pero el líquido amniótico está como si no hubieses roto membrana, se ha regentado por completo, además el bebé hizo una especie de tapón con la cabeza que no permite que tenga contacto con el exterior o al menos fue lo que entendía en mi desconcierto y en ese cóctel de emociones que sentía. Lloré y reí al mismo tiempo. Me dijo que eso lo dejaba más tranquilo por lo que me había explicado en el consultorio y que ya había pasado casi 24 horas de haber roto fuentes. Solo respire del alivio. Ese reloj que me tenía estresada ya no estaba en mi cabeza atormentándome o al menos no tanto. Cada vez que recordaba y estaba sola, hablaba con Rodrigo, le decía que todo iba bien, lo estábamos esperando y que el solo sabía cuándo iba a nacer, pero el temor que sentía era muy grande. Ya estando más tranquila, me relaje un poco pero comencé a sentirme que quería estar a solas y cada vez que entraba al baño, cerraba la puerta porque quería tiempo para mí. Me sentía incómoda pero no quería decirle nada a Elvis o Janeth aún sabiendo que ellos no lo tomarían mal pero prefería mejor cerrar la puerta del baño. Se hicieron las 4:30AM aproximadamente, sentí que necesitaba descansar un poco pero no quería irme a dormir y las contracciones se distanciaran. Estando en el baño, sentada en la poceta, dónde pase la mayoría del trabajo de parto porque me sentía cómoda allí, entro Elvis y sentí la necesidad de decirle que se fuera pero no pude y justo en ese momento sentí la presencia se muchas entidades a mi alrededor que me acompañaban y justo en ese momento comencé hablar sin parar. Elvis solo se limitó a escucharme, no sé si por mi situación de parturienta o por no llamarme loca jajaajaja (sé que no). Estoy dando muchos detalles, pero siento que son necesarios y estoy dejando muchos por fuera y no porque sean menos importantes. Luis estuvo acompañándome en todo momento, pero él también sentía mucho miedo y se alejaba de vez en cuando, además, también estaba al pendiente de Mia. Mia también se acercaba al baño, tomaba teta o solo me acompañaba. Estaba rodeada de las personas que debían estar allí y también estaba Eva, mi tercera Doula, que estuvo también en el nacimiento de Mia. Calculo que sería pasada las 5:00 AM y me percate que cada vez que venía una contracción, involuntariamente apretaba abajo y eso estaba retrasando a mi parecer el trabajo de parto. Recuerdo que le comente a Elvis y el me dijo que necesitaba soltar todo ese miedo que sentía y comenzamos a danzar. Nos movíamos de un lado a otro como olas y comencé a repetir un mantra que perdonaba y me perdonaba por situaciones que me habían hecho mucho daño y a medida que danzábamos sentía como se relajaban los músculos y las contracciones eran más llevaderas y mi cuerpo se abría como una flor. Al ver hacia la ventana me percate que ya estaba amaneciendo y me dieron ganas de ir al baño, indicando que ya faltaba poco (número dos). Me fui al baño y le dije a Elvis que llamara a Beltrán y a partir de ese momento fue todo tan rápido. Sentí que puje y ya Rodrigo se encontraba en lo que llaman el aro de fuego (ya había coronado). Yo me encontraba en el baño aún y me sacaron caminando, yo sentía a Rodrigo a punto de salir y me colocaron en la esquina de la cama y me coloque en posición. Sentí una contracción y puje, salió la cabeza, me ardía mucho, volví a pujar nuevamente y termino de salir Rodrigo. Recuerdo que Janeth dijo son las 6:45 AM. Para mí el tiempo se detuvo justo allí, en ese momento, no me importo más nada, fuera temor, fuera reloj mental, fuera miedos. Ya Rodrigo había nacido y ya nada importaba. Ya estaba en mis brazos, pegado a la teta y todo lo anterior había sido parte de ese momento tan maravilloso que me había permitido tener a mi hijo en brazos. Después de todos los “protocolos” de limpieza, expulsión de placenta, etcétera, ya relajada en mi cama. Pedí comida a gritos, tenía mucha hambre, dios que hambre tan grande sentía. Antes de irse Beltrán converso conmigo y me pidió disculpas si en algún momento lo que me había dicho, había causado algún temor en mí, pero que debía decírmelo, pero que este parto le había dejado un gran enseñanza. La naturaleza es sabia. Que a veces era lo único que había que espera y confiar que la naturaleza es sabía y que muchos lo olvidaban sólo por seguir un “protocolo”. Beltrán es una persona a quien yo le tengo mucho respeto y admiración y luego de estas palabras, sentí mucho más respeto y mucha más admiración porque sentía que ya no me hablaba el doctor sino el gran ser humano, el amigo, el padre. Así lo sentí.

Elvis mis respetos y mi admiración. Janeth gracias por tu compañía, por tus mansajes, por tu complicidad, gracias por tanto. Eva muchas gracias por ser parte de esta nueva historia. Luis, mi amigo, compañero, cómplice, mi caballo de batallas que me apoya en todo. Mia, hija de mi alma, pedacito de mí. Beltrán las palabras sobran. Gracias a todos por estar.

Muchas veces se puede contar con las herramientas, la condiciones, pero lo más importante para que todo se de, es el apoyo y conté con mucho apoyo, muchas manos, para un masaje, para solo estará allí, para solo saber entender la situación, para solo estar en silencio. El apoyo en fundamental para todo y yo conté con un equipo excelente. Gracias totales. Los amo.

Si nuestra hija Mia fue Matrix. Rodrigo ha sido Matrix Reloaded. (Pocos entenderán y muchos no están listo para esta conversación).

Así fue como nuestro hijo Rodrigo Ignacio nació en casa, en un ambiente respetado y solo con las personas que allí debían estar, sin anestesia, sin pitocin, sin ningún tipo de intervención, solo AMOR, paciencia y mucho apoyo.

sábado, 5 de marzo de 2016

Mia en Septiembre


Esta historia relata la llegada de nuestra hija Mia a nuestras vidas y también como una pareja de padres desinformados y partes de un sistema "cotidiano y normal" llegaron al lugar y momento indicado, logrando así un parto humanizado y respetado con todo el esplendor de su definición.

Aún recuerdo como un 18 de febrero del 2015, escuchamos por primera vez el latir de tu corazón, Hija, pedacito de ser que estaba creciendo dentro de mí y con lágrimas en los ojos festejamos tu padre y yo el milagro de la vida, dándote el nombre de nuestro "Embrión" y desde allí comenzó a ser nuestra única prioridad. Embrión, así te llamábamos desde un inicio hija hermosa, nos comenzaste a llevar poco a poco por el camino correcto. No creo en las casualidades, sino en las causalidades y en que las cosas pasan por algo. Cabe acotar que hace 5 años (septiembre 2010) fui operada de la columna, me realizaron una intervención quirúrgica de prótesis entre la L4-L5 y esto era mi preocupación hasta el momento que quede embarazada, ya que como comenté al inicio, estaba en total desinformación. Retomando el tema de las causalidades, mi hermana  Michel, me comento cierto día sobre el parto humanizado y me mostró un video sobre el primer parto humanizado llevado a cabo en el Estado Táchira. La verdad que desde un inicio no vi nada fuera de lo normal a mi percepción y se lo hice saber a Michel, no entendía a qué se refería con lo “humanizado” y ella me comentó sobre la participación del padre antes, durante y posterior al parto, donde la mujer parturienta del video no era maltratada por enfermeras, que contaba con una Doula (Para ese entonces no sabía que rayos era una Doula), estuvo acompañada durante sus contracciones y la posición que tenía al momento de parir que no era acostada como "normalmente" debía ser. Todos estos detalles pasaron por alto a mi percepción y no justificó mi ignorancia pero así nos han enseñado, a obviar lo más obvio, a olvidarnos de esos pequeños detalles que hacen grandes cosas. Michel, luego de haberme explicado lo que para mi desconocimiento era parto humanizado, no despertó la conciencia del todo, apenas era el inicio de este gran recorrido que vivimos y que nuestra Mia nos estaba llevando de la mano, sin saberlo hasta ese momento. Días o semanas después de ver el video se lo comenté a mi compañero Luis, donde el manifestó que le gustaría verme parir y que habláramos con la doctora que para ese momento estaba llevado el control del embarazo. Ya encontrándonos en la semana 20 del embarazo, fuimos al consultorio de la doctora (no haré mención de su nombre ya que no haré mala publicidad de ella, es irrelevante) y le comentamos sobre el parir y si existía alguna contraindicación hasta el momento y ella sin mantenernos la mirada a los ojos, nos dijo que eso de parir era muy complicado, que yo no era una niña y sin extenderme en todas las excusas que allí expuso, nunca dijo alguna complicación valedera para nosotros y sin mencionar que al inicio del embarazo nos dijo que teníamos que salir de los gatos (Al estilo de Luis, ella dijo que los planetas debían alinearse, mercurio no podía estar retrogrado, las mujeres teníamos que ser de martes y los hombres de venus, blah, blah, blah).
 

Yo tome la decisión de llevar el control de nuestro embarazo con ella, porque era mi ginecóloga de mucho años y fue la única que me dio confianza, después de haber pasado por varias ginecóloga carniceras, que no sólo me habían maltratado emocionalmente y el hecho de pensar en un ginecólogo hombre me daba terror por el pudor que sentía. Pero luego de haber escuchado estas excusas, sentía que debía buscar otras opciones. Luis me comento (aunque a mi parecer sonó como una imposición) de parir en una Maternidad. El sólo hecho de pensarlo me daba terror, por las cosas que se comentan que allí suceden, el maltrato hacia la mujer principalmente, sin saber que el maltrato no sólo es a las mamás sino a los bebés también, sobre esto haré mención un poco más adelante. Volviendo al momento que Luis me hace mención de "Maternidad", literalmente me colgué de la lámpara como un gato y dije un rotundo - ¡¡¡NO!!! - hasta busque apoyo en mi mamá que he tratado de mantenerla al margen de mis decisiones. Mi mamá también se alarmó con el tema de parir, algo que me pareció bien raro, ya que somos 4 hermanos nacidos por parto natural, pero luego entendí el “¿Por qué?” mi mama le atemorizaba el hecho que yo diera a luz de forma natural. Ella sufrió complicaciones en cada uno de sus partos y estaba hablando a través del miedo (esto es arena de otro costal, pero es bueno conocer los motivos para entender porque nos dicen ciertas cosas que no entendemos al momento). Mi mamá comentó las cosas que ella observó en la maternidad cuando ella estuvo allí y ratifico lo que yo le comentaba. Luis tenía muy poca información al respecto, pero me daba mucho temor de las maternidades. 

Los días transcurrían y Luis buscaba apoyo en familiares que trabajan o han trabajado en maternidades, buscando convencerme que sólo era cuento o leyendas urbanas, pero fueron inútiles sus argumentos, yo no quería pensar en el asunto, pero era una opción debido a que la mayoría de las clínicas que teníamos en la lista, el común era cesárea y no se trata se satanizarlas, pero queríamos evitar una innecesaria. Por cosas de la vida, por darle un nombre, nuevamente mi hermana Michel, me comentó que en la ciudad de Caracas, se estaba llevando un movimiento activista en pro al parto humanizado de la mano de la Alcaldía y quedó en enviarme el cronograma de actividades por si me interesaba alguna de ellas, este cronograma no fue enviado (perdóname hermana pero así fue), sin embargo, me comentó que una de las actividades, era una pintada de barrigas a las mujeres embarazadas en el parque los caobos. Ésta actividad me interesó mucho y le comenté a Luis para asistir y él se mostró muy receptivo. Ese día al llegar a los caobos y luego de dar varias vueltas en el parque y encontrar donde se estaba llevando a cabo la actividad, la primera persona que visualice fue a una mujer vestida de cual Diosa Hippie (espero no ofender), que nos sonreía mientras nos acercábamos y al preguntar por dicha actividad, nos entregó un folleto y nos pidió que nos acercáramos a donde estaban todas las mujeres embarazadas y esperáramos por nuestra pintada de barriguita. Yo me sentía como uno de los festival hippies (espero nuevamente no ofender) ya que todas las personas allí presentes, unos tenían más cara de hippies que otros, la verdad no me incómodo, sentía que estaba llegando al lugar indicado, sentí mucha Paz. Una vez ya ubicada en el banco donde me iban a pintar la barriga (que por cierto tenía que sacar mucho porque apenas se veía) se acercaron varias mujeres preguntando al mismo tiempo, si ya había pensado en dar a luz y bajo qué tipo, si cesárea o natural y comenzó como lo denomine "el bombardeo de información". A principio no entendía mucho lo que me hablaban, hasta que una de ellas comentó sobre el parto humanizado, allí sentía que las estaba entendiendo un poco, pero luego me sentí como que estaba rodeada de vendedoras de “Herbalife” o promotoras del “Evangelio Cambia” (sin ofender nuevamente) y mi cara comenzó a cambiar a incomodidad, debido a tanta información al mismo tiempo, sentía que mi cabeza estallaría y me decía mentalmente ¿Qué hago aquí?, me quiero ir. No sé si fue mi percepción, pero justo en ese momento que sentí que me quería ir, alguien notaba mi incomodidad, apareció un Ángel (Gracias a la providencia), ya que me rescató de ese momento tan incómodo (no de forma peyorativa, pero cuando una persona recibe mucha información al mismo tiempo, causa choque y se crea la reticencia al mismo). Este Ángel como lo denomine, me dijo las palabras mágicas "en esta vida te vas a conseguir con muchos Opinólogos" respecto al parto y las cosas que se escuchan, me puso en contexto y la información fluyó de mejor manera y contándome su propia experiencia con respecto al parto, le fue dando orden a todas esas información que se encontraba dispersa en mi cabeza. Orledi (el Ángel salvador) me presento a su hermosa hija Lucia y su esposo Leomar, los tres me dieron mucha confianza y nuevamente me hicieron sentir que estaba en el lugar y momento correcto. Mientras Orledi (persona mágica enviada por el mismo cielo) pintaba mi barriguita (tenía que sacar mucho porque apenas se notaba mi embarazo) me hablo nuevamente sobre el parto humanizado y me hablo de Beltrán Lares, precursor del parto humanizado en Venezuela y sobre Auroramadre, esta información se encontaba en el folleto que se me había sido entregado (y no leí por cierto) y fue despertando cada vez más interés sobre el tema y en conocer al Doctor Beltrán (bendita seas Orledi). Mientras seguía informándome y pintando mi barriguita, me indico que la esposa del doctor se encontraba en el parque y hablara con ella para más información sobre las consultas con el doctor Beltrán, enseguida pensé y en total conexión con mi hija - ¡Sí! - hemos llegado al lugar indicado, vamos a conocerlo. La esposa del doctor era la Diosa Hippie que nos recibió. Isabella muy amable nuevamente me indico la información solicitada e hizo mención sobre los prenatales llevados a cabo en Auroramadre y que para más información consultara su página web. Terminada la actividad, me despedí muy agradecida de Orledi, Leomar y Lucía.
 

Mia comenzaba a colocarnos en el camino correcto y donde ella quería nacer. Al día siguiente, después recibir toda esta información, estando en mi trabajo, entre a la página Web de Auroramadre, al  principio ver las imágenes de esas mujeres pariendo me dieron un poco de miedo, lo admito, pero comenzó a llamar mi atención, revise la información sobre los prenatales y enseguida solicite información al respecto por correo. Isabella ya me había indicado que el prenatal en curso, tenía varias clases adelantadas, que podía comenzar y en el próximo prenatal que iniciaba en septiembre podía tomar las clases pendientes. Luego me comunique con el Doctor Beltrán para solicitar cita y su secretaria me indico los días de atención y tenía disponibilidad para esa misma semana. El día de la consulta, estando en el consultorio con Beltrán, le indicamos que nosotros estábamos buscando la opción de parir. Me gustaría hacer un pequeño paréntesis antes de continuar, el Doctor Beltrán no es el típico doctor que te dirá lo que quieres escuchar, no es el doctor de bata blanca con el nombre bordado y bolígrafo de marca reluciente, que no te verá a los ojos mientras llena tu ficha médica y esto no se trata de resaltar sus cualidades y ser un JB... Beltrán te caerá muy bien o muy mal, eso dependerá del cristal con que lo mires, si buscas un doctor que te engañe y te diga que si “soy proparto” y luego te hará cesárea porque no puedes "parir" con la excusa que eres pelvis pequeña o cualquier excusa barata, ese no es Beltrán. Continúo… El  doctor nos hizo preguntas mientras llenaba la ficha médica sobre nuestros antecedentes familiares, como lo son las posibles enfermedades de diabetes, hipertensión, etc. Por salir apurada y llegar temprano, olvide llevar los controles previos que tenía con la doctora anterior y esto me dio mucha vergüenza, por lo general soy muy organizada y apenas el Doctor Beltrán me pregunto si tenía exámenes médicos o alguna hoja de control previa y me dio mucha vergüenza no tener nada a la mano. Le indique también que estaba operada de la columna y que esto me preocupaba mucho porque desconocía las contraindicaciones al respecto y me dio mucha tranquilidad al escuchar que el doctor me dijera que no, que él me recomendaba parir y no cesárea por el tema de la inyección epidural. En varias ocasiones el doctor le aclaró ciertos términos a Luis que no dominaba y fueron momentos de tensión, ya que como indique en el paréntesis anterior, Beltrán tiene una manera de decir las cosas que sentirás que te está diciendo bruto, pero creo que te ayudará a no volver a repetir algo que escuchas sin saber sobre lo que estás hablando y esto te hará amarlo u odiarlo, es tu libre elección. Lo que más nos gustó del Doctor Beltrán fue que nos hizo preguntas importantes que la Doctora anterior no nos había hecho en todas las consultas anteriores y no se trata de mal poner a nadie o comparar si uno lo hace mejor que otro, pero esto nos indicaba que seguíamos en el buen camino que estábamos buscando. Me realizó un eco, donde no sólo me indicaba que ahí estaba la pierna o el brazo o la cabeza, nos habló del cerebro con todas sus pares, del corazón con todas sus cavidades perfectamente formadas y así de todas sus extremidades igualmente en sintonía con el tiempo de embarazo, descartando muchas enfermedades congénitas como malformaciones principalmente, esto no había ocurrido en consultas previas, otro punto a favor del Doctor Beltrán. Al finalizar la consulta y dejándonos más tranquilos a Luis y a mí, el Doctor Beltrán nos informó sobre un documental que sería estrenado ese día, en La sala de cine Manuelita Sáenz del Teatro Bolivar, como parte de las actividades llevadas a cabo por la Semana del Parto Humanizado. Sobre dicho documental, ya Michel nos había informado y de hecho estaba como parte de las actividades a realizar por nuestra parte ese día (punto a favor de Michel). El documental se llama 9 Lunas el viaje de la madre, es un documental sobre sobre el parto en Venezuela, a través de la óptica de la autora y protagonista Natalia La Fuente, que contó con la participación del Doctor Beltrán y Auroramadre (valga la publicidad). Al salir del consultorio del Doctor Beltrán, más tranquilos y seguros de haber llegado allí, Luis y yo conversábamos sobre las impresiones de cada uno sobre el Doctor Beltrán, Luis me comentó que le había gustado el doctor por lo antes mencionado, pero que también le dio una patada en el hígado cuando le aclaró los términos mal usados (de una manera muy Beltrán), pero que estaba bien, porque no volvía a cometer el error nuevamente de hablar sobre un tema sin conocimiento y repetir como loro. 

Ese mismo día en la tarde, nos dirigimos a la sala de cines Manuela Sáenz del Teatro Bolivar donde se estrenaría el documental 9 Lunas https://www.youtube.com/watch?v=ZfQK_XPzL-s, al llegar allí, como era temprano todavía, nos dirigimos al café de la sala de cine, ubicado en el segundo piso. Nos encontramos que allí en el café, había una exposición de fotografías sobre la violencia obstétrica en las maternidades. Eran fotos muy crudas, que reflejaban la crueldad en las salas de parto de la Maternidad Concepción Palacios, vimos una a una, foto a foto y nuestras cara de terror crecía a medida que pasábamos a la siguiente foto, esto nos hizo reflexionar sobre el tema, al observar la reseña de la exposición, el fotógrafo era el Doctor Beltrán, nos quedamos con la boca abierta. Esto nos hizo admirar más el trabajo del Doctor Beltrán y olvidarnos un poco de lo odioso que había sido con Luis en la consulta horas antes (sin caer en JB Ok). Esperando fuera de la sala de cine donde sería estrenado el documental, estaba Isabella, intercambiamos algunas palabras, ella me indico que mi cara era familiar, yo le recordé que nos habíamos conocido el domingo en la pintada de barriguitas y le mencione que iniciaría el prenatal en Auroramadre y ya había tenido nuestra primera consulta con Beltrán. El documental inicio mostrando la realidad en las maternidades, donde se observaban mujeres maltratadas tanto por los médicos como por las enfermeras, donde entrevistaban a personas preguntándole como habían nacido y el común era cesárea entre otras cosas. Vimos la participación del Doctor Beltrán y Auroramadre, donde se mostraba la diferencia entre un parto convencional en una Maternidad y el parto humanizado, que no se trata sólo de parir en agua como muchos creen o el parto de moda. Beltrán en el documental muestra las fotos que estaban en la galería que comenté anteriormente, explicando que dichas fotos las tomó cuando hizo el postgrado en obstetricia y sus compañeros le preguntaban que donde eran esa fotos tan fuertes y él decía allí al lado, en sala de parto, por cierto este eres tú, y así como muchos de sus compañeros no veían la crueldad que se vive en las salas de parto de una Maternidad, sino hasta que se ven retratados. En mi opinión, hemos perdido la sensibilidad a todo, vivimos en una sociedad donde lo "NORMAL" es dar leche de fórmula sin importar las consecuencias a futuro, programar una cesárea para que no "sufras" pariendo, donde el verdadero trasfondo es darle la comodidad al obstetra para que se vaya temprano a casa y no tener que esperar horas hasta que la mujer de a luz o lo moleste en la madrugada mientras duerme. Nos han llevado como las propias vacas al matadero. Recuerdo que Luis y yo, mientras veíamos el documental, llorábamos sin parar, es que si de verdad estás dispuesto a abrir tu mente y corazón te sensibilizaras. Hasta ese momento Luis entendió que el terror que me daba de ir a parir a una Maternidad no sólo se trataba de miedo a parir. Aquí nuevamente me gustaría hacer otro paréntesis, es que volver a ver este documental y ya con Mia en brazos me hizo ver y no sólo ver, sino darme cuenta que fue la mejor decisión, que volvería a tomar la misma decisión que seguiré relatando.
 

Culminó el documental, nos acercamos a donde estaba el doctor sentado y le dimos las gracias por la invitación y durante el regreso a casa, no paramos de hablar sobre nuestras impresiones y lo convencidos que estábamos de haber llegado a ese lugar, y de haber conocido al Doctor Beltrán. Gracias a Michel por enseñarme ese video que dio origen a toda esta experiencia que apenas comenzábamos a experimentar y nuevamente a Orledi por toda esa información sabía que nos había dado y no sólo la información, la manera correcta que lo hizo. Los días transcurrían y cada vez buscábamos información al respecto. Iniciamos en el prenatal que se encontraba en curso, Luis no me pudo acompañar a nuestra primera clase, entonces le pedí a mi mamá que me acompaña. Al llegar a Auroramadre (casa del Beltrán), me transmitió tanta serenidad, era como imaginaba, ya había visto fotos en la página web del lugar. El facilitador del prenatal era un hombre, que a principios llamó mucho mi atención, imaginaba que lo "normal" era que bebía ser una mujer, que al menos hubiese parido y hablara de su experiencia, pero como ya estaba cambiando mi manera de pensar, estuve receptiva a toda la información que podía obtener. Elvis, el facilitador del prenatal, nos habló ese día sobre trabajo de parto, él no sólo tenía conocimiento sobre teorías del parto, también es Doula, que para el momento no tenía conocimiento que carrizo era un o una Doula. Un o una Doula es esa persona que te acompaña durante todo tu trabajo de parto, tiene conocimiento de dicho proceso y te brinda todo el apoyo necesario, desde un masaje para liberar oxitocina, brindarte una mano u hombro de apoyo, hasta palabras de aliento que te ayuden a tener confianza en ti misma. Esto no es una definición textual, se trata de lo aprendido por mi propia experiencia. Al salir del prenatal iba más contenta que muchachita con muñeca nueva, conversaba con mi mamá sobre todo la información transmitida por Elvis. Por cierto mi primera impresión de Elvis, fue que era otro Hippie Loco del clan, que transmite seguridad, ahora le digo Jesucristo Super Stars. Al llegar a casa converse con Luis sobre el prenatal y sobre mis impresiones del mismo, le hable de Elvis y me dijo que era obvio que todos allí fuercen hippies. A medida que iba avanzando los prenatales, más información recibíamos y nos enamorábamos de toda esta nueva etapa que estábamos viviendo, tanto,  que sólo hablábamos del tema con todo el mundo, en mi trabajo, con mi familia, a medida que nos informábamos más, al escuchar que una mujer no podía parir porque tenía la pelvis estrecha, nos mirábamos uno a otro y nos decíamos, gracias a dios estamos en el lugar correcto. A mí me apasiona hablar del parto humanizado y respetado pero la verdad a quien no muestra interés alguno, simplemente no continuo con el tema, no me gusta perseguir a las personas cual evangélico (perdonen pero es así) este tipo de información no es para todo el mundo y no es que sean unos más que otros, de lo contrario, hay personas que les toca vivir sus propias experiencias y aprender de ellas.
 

Las semanas transcurrían y mi barriga crecía mucho. Por cierto aún no he hecho mención de otra persona importante, Janeth, Esposa de Elvis y mamá de Eva. Janeth tiene un peculiar humor, no es negro, ni blanco, ni rosa es muy de Janeth. Ella forma parte importante de esta historia. Janeth al igual que Elvis, era parte de los cursos prenatales, vi en ella una mujer muy noble pero fuerte. Me identifique mucho con ella, luego entendí que teníamos mucho en común. Cuando tenía oportunidad entre los recesos de los prenatales hablaba con Elvis o Janeth o ambos (Aunque recientemente me entere por ella misma, que no recuerda que yo hablara con ella). Me gustaba escuchar su opinión sobre temas varios. Aunque me sentía muy identificada con, aún el tema de tener un o una Doula no me era familiar. Desconocía mucho sobre el tema, pero poco a poco nos fuimos informando sobre el mismo. Las consultas con Beltrán a medida que avanzaba mi embarazado me daban más seguridad en mí y en Mia. Todo apuntaba a que estaba todo perfecto. Eso nos hacía muy felices a Luis y a mí. Recuerdo que estando en la semana 29 me realice un eco 3D,  4D y Doppler. El día del estudio la doctora que nos atendió contaba con un equipo de alta tecnología o al menos eso aparentaba. Durante el eco en varias oportunidades dio palmadas en la barriga para que Mia se moviera y esto me disgusto mucho y a Luis también pero no dijimos nada (vaya error, debemos aprender a preguntar y a decir no cuando algo no nos guste). La doctora observó que Mia tenía cierta anomalía denominada Megacisterna Magna. Ella indicó que se encontraba en su límite, nos indicó que según ella no tenía ninguna indicación para la misma pero se debía realizar otros estudios en la semana 32 para hacer seguimiento. La verdad este diagnóstico no me género algún tipo de alarma, Beltrán siempre fue muy sincero en las consultas previas a esta. Luis si se desconcertó mucho pero en ese momento no me lo hizo saber. Al llevar el estudio al doctor Beltrán y al ver el informe se río con mucho sarcasmo (dándome más tranquilidad) y sólo le hice mención del diagnóstico que allí decía y él me dijo: no te preocupes ya vamos a ver eso, el informe está muy bonito pero, ese diagnóstico no me preocupa para nada, yo he visto a tu bebé y sé que está muy bien. Al realizar el eco rutinario de control observó la cabeza de Mia, ya que allí era donde estaba el diagnóstico de Megacisterna Magna y observo que evidentemente estaba en el límite, pero que esté, no era un problema, que no se puede dar un diagnóstico de tal magnitud, porque está en el límite y no por encima, lo considero muy irresponsable. Beltrán dijo que ya suficiente tenía con la operación de la columna y que de seguro eso me preocupaba ya lo suficiente como para dar un diagnóstico alarmista, que si Mia fuese Megacisterna Magna eso le hubiese causado algún tipo de malformación en la columna, por ejemplo, pero que ese no era el caso. Una vez más me dio mucha tranquilidad, a la manera dulce de Beltrán. A esa consulta asistí sin Luis, al salir lo llame y le comente sobre lo que opinaba Beltrán del diagnóstico y se quedó mucho más tranquilo. Y no volví a realizar ningún otro estudio como sugirió la doctora que me lo realizó que debía volver a las 32 semanas.
 

Las semanas transcurrían y seguía asistiendo a los talleres de prenatales en Auroramadre, recuerdo que el taller sobre lactancia materna fue donde tuve más interacción con Janeth (Pero seguramente esto lo imagine ¡JA!). Yo había asistido a un taller de lactancia en mi trabajo donde se habló sobre los mitos de la lactancia y tenía un poquito de conocimiento del tema, el inicio del taller de lactancia en Auroramadre fue dictado por Beltrán, quien hablo de la parte médica, explicó las partes del seno y especifico claramente que se llamaba "Areola" y no "aureola" como mucho decían, que seguro se referían a la coronilla de los santos (muy a lo Beltrán) y el segundo módulo o fase fue dictado por Janeth donde hablo de lo teórico práctico de la lactancia y sobre algunos mitos y verdades, la verdad estuvo bien interesante el tema. Aquí en este punto me gustaría hacer un paréntesis, es importante informarnos bien sobre este tema, la lactancia no es estándar, es decir, quien intente establecer horarios puede fracasar en el intento, la lactancia es a demanda, no existe un estándar, a quienes le funcione los horarios de lactancia les felicito pero a quienes no, les funcione ponerles horarios, les recomiendo que sea a libre demanda, es decir cuando su bebé lo requiera, si su bebé toma teta cada hora, esto no quiere decir que quede insatisfecho, la teta es la conexión del bebé con mama, claro esto es una simple opinión, cada quien es libre de pensar lo que más le convenga.
 

Continúo… Una de las cosas que más me agrado de Janeth fue su sinceridad, es una persona que habla y no disfraza las palabras es totalmente sincera y me identifique mucho con ella. Mientras Elvis dictaba los talleres prenatales, ella aparecía en el momento preciso a aportar palabras muy sabias y sinceras. Janeth contó su experiencia con el parto y la lactancia y de cómo el estar desinformada jugo mucho en contra de Elvis y ella. Eran palabras muy motivadoras por lo menos en mi caso lo fueron. Elvis en uno de los talleres nos mostró un video de un parto en casa y eso despertó en mí mucha curiosidad. Esto lo converse con Luis y él se entusiasmos mucho con la idea. Recuerdo también que esto lo hable con Carmen, una compañera de trabajo quien desde el primer momento que le hable sobre el parto humanizado y todo este movimiento activista se mostró muy emocionada y a medida que iba adquiriendo información la iba compartiendo con ella. Este tema también lo compartí con mi jefe y se mostró muy interesado en el tema y me decía: “Bueno chamita, en mi opinión lo mejor es parir, la recuperación es mejor y todo vuelve a su lugar más rápido, recuerda que a nosotros los hombres nos gusta ver para los lados, así que toma eso en cuenta también, échale pichón, tu eres una “caraja” fuerte”. No fueron estas las palabras más bonitas, es decir, la más pedagógicas pero muy alentadoras y no me refiero a las palabras que a los hombres les gusta ver para los lados, no (él no sabia el monstruo que estaba despertando "JA"). Recibí mucho apoyo de muchas personas cercanas a mí; compañeros de trabajo, vecinos y amigos. Alguna palabra de aliento o consejo nunca estuvo demás. El miedo siempre estuvo presente pero lo mejor fue trabajar en ello. Elvis nos aconsejó en los prenatales, hacer afirmaciones en cuanto al parto. Las palabras Contracciones la cambiamos por Expansiones. Esto nos ayudaba a cambiar la manera de pensar. Nos han vendido tanto la palabra “dolor” o “parirás con dolor”, que nos programan para cesáreas, sin embargo, el haber pasado por una cirugía de columna y de haber experimentado esa experiencia tan dolorosa, no estaba tan convencida de pasar por una cesárea. Un domingo, estando en unos de los conversatorio con Elvis y Janeth sobre crianza respetuosa (La Lomita), llevaron de invitada a una fotógrafa muy conocida, especializada en fotos de nacimientos, ella nos obsequió un bolso que tenía muchas afirmaciones con respecto al parto. De allí tome las primeras afirmaciones y las plasme. A estas afirmaciones le agregue imágenes de fondo que luego observándolas bien, tenían mucho que ver entre sí. Estas las coloque en la pared de mi habitación y allí comencé a darles muchas energías. Realice caligrafías con ellas cuando estaba a solas, esto me ayudó a trabajar mi inconsciente y a sacar todo ese temor que había.
Otra actividad que incluí en todo este proceso de cambio que nos estaba llevando nuestra hija Mia, fue Yoga. Recuerdo una vez que me dijeron que el Yoga nos ayudaba a conectarnos con nuestro “Yo” interno y de los beneficios que le bridaba a una mujer embarazada. Cuando fui a mi primera clase, a principio me costó entender que el Yoga no haría el trabajo por mí, es decir, si, el Yoga te ayuda, pero el trabajo de conexión con tu Yo interno lo deberás hacer tú, con las herramientas del Yoga, ¿Cuáles?, principalmente las respiraciones y el acto seguido será la desconexión total con el entorno. No me fue fácil la desconexión con el entorno, pero lo logre en la primera clase. Sentir en cada respiración los latidos del corazón de Mia, fue mágico. En mi segunda clase, fui entrevistada por alguien de prensa de PDVSA La Estancia, donde realizaba mis clases de Yoga. Las entrevistas y hablar en público no se me da muy bien del todo, pero hablar desde el corazón te hace ser todo un experto en la materia. Las clases de Yoga fueron muy fundamentales e importantes en mi trabajo de parto. Otra actividad muy importante y sanadora, fueron las terapias que realice con Elvis. Elvis no sólo era una pieza importante en los prenatales, también entendí que él me ayudaría a sanar muchos temores con respecto al parto que venían arraigados desde mi infancia. Tenemos muchos temores, y muchos de ellos provienen de la infancia que tuvimos y de los arrastres de los padres que también se convierten nuestros. La última clase del prenatal fue fundamental, hablamos sobre los temores con respecto al parto. Elvis nos pidió que lo escribiéramos en papel y compartiéramos con el grupo. Al escribirlos y leerlos entendí que mi temor era miedo al miedo, miedo al dolor, miedo a sufrir. Siempre te han dicho que parir es doloroso, pero jamás te han dicho que parir será doloroso, ya que tu cuerpo pasa por un proceso de expansión, pero el sufrir será una elección. Elvis nos pidió que hiciéramos una visualización sobre el momento que nos encontráramos pariendo, de cómo imaginábamos ese momento, que visualizáramos el momento de tener a nuestros bebes en nuestros brazos, fue hermoso. Luego de haber conversado con Luis mucho sobre el tema de tener una Doula y quien sería, decidimos por tener dos.
 

Semana 35, asistimos como de costumbre al conversatorio sobre crianza respetuosa en “La Lomita” del parque del este. Este espacio desde que asistí por primera vez, fue para mí, un lugar clave y fundamental. Estando allí, tuve el placer de conocer a dos mamás que también asisten al conversatorio y que parieron con Beltrán y me llenaron de valor, una de ellas me dijo “Chama la clave es sacar todo y sanar”, sabias palabras. Ese día en “La Lomita”, luego de finalizar el conversatorio, nos acercamos a Elvis y Janeth y le pedimos que fueran nuestros Doulas. Para nosotros fue la decisión más importante que habíamos tomado y más acertada. Nos abrazamos y quedamos en asistir a nuestra próxima consulta los 6. ¿Los 6?- Si; Elvis, Janeth, Eva, Luis, Mia y yo. Ahora pensándolo bien no tuvimos 2 Doulas, de lo contrario, fueron 3. Gracias Eva.
Semana 38, asistimos a la consulta con Beltrán los 6. Fuimos los primeros en entrar. Beltrán nos recibió y le informamos que Elvis y Janeth serías nuestros Doulas y que pariríamos en casas. Beltrán me examino como de costumbre y realizo un eco. En la consulta anterior, Beltrán nos había indicado que Mia estaba en perfectas condiciones y que ya se encontraba en posición, dijo: Si tú bebe naciera hoy, está en la posición perfecta para nacer, esperemos que se mantenga así, es más, lo dudo que cambie de posición. Para mayor sorpresa, ese día de consulta se había volteado. Esto no era ningún impedimento, pero me indicio que debía hacer posturas que me ayudaría a colocar a Mia nuevamente en posición. Beltrán nos indicó que todo marchaba en perfectas condiciones para lograr un parto en casa. Esto nos dio mucha tranquilidad y alegría. Al salir de la consulta, conversábamos con Elvis y Janeth sobre la preparación del parto en casa, lo que debíamos comprar, donde podíamos conseguir, la verdad me sentía muy emocionada al respecto, no dejaba cabida al miedo, lo colocaba de mi lado y lo usaba como impulso para continuar. Ese fin de semana asistimos a uno de los talleres de prenatal que habían quedado pendientes, ya que como comente líneas atrás, comenzamos ya con varias clases avanzadas, ese sábado de nuevo a Beltrán y Luis muy preocupado le comento que tenía los pies muy hinchados, a lo que él (Beltrán) muy sutilmente le comento: “¿Quieres ver pies hinchados?, ve a la maternidad, ahí veras ñames de todos los tamaños y colores. (Una muy Beltrán). Estando en la casa, haciendo los ejercicios que me recomendaron para colocar a Mia en posición nuevamente, recordé que Luis le había dicho días a Mia, días antes de la consulta que quería ver su carita, entonces le dije a Luis, por favor habla con Mia y pídele que nuevamente se coloque en posición, que ya falta poco para nacer y así lo hizo (Para lo que creen que los bebe no escuchan, hablen con su bebe en el vientre, se sorprenderán).
 

Semana 39, nuevamente asistimos al consultorio de Beltrán, me examino como era de rutina y al realizar el eco notó que Mia nuevamente se había colocado en posición, esto nos alegró mucho y nos seguía dando la seguridad de seguir adelante con el parto en casa. Beltrán al realizar el tacto, nos indicó que aún el cuello uterino estaba sin madurar, es decir, aún faltaba para el nacimiento de  Mia, pero que esto podía ocurrir al día siguiente o 3 días, que confiara en mi cuerpo. Recordé cuando estaba en la semana 34, Beltrán me dijo que trabajara en dos cosas más, como la ansiedad y el miedo. (Esto puede jugar en contra en todos los sentidos). Al salir de la consulta, Luis y yo íbamos más felices que el carrizo. Ese día terminamos de comprar lo que nos hacía falta para el gran día. Habíamos tomado la decisión de no comentar a nuestros familiares sobre el parto en casa, ya que queríamos mantenernos en la intimidad que se requería. Esto no es fácil de entender, hay personas que les resulta estar con Mamá o Papá o Amigos o todos, pero nosotros decidimos vivir nuestro momento tranquilo, sin estar presionados o intimidados por la presencia de algún familiar (perdóname Mamá, aún creo que fue lo mejor).
 

El día Jueves, 24 de Septiembre del 2015, fui a depilarme con Claudia, ella al verme me pregunto que como hacía para caminar con esa barriga tan grande. También me comentó, que su tía, quien también depilaba, atendió hace un tiempo atrás, una persona que estaba en trabajo de parto y no le dijo nada para no preocuparla. ¡¡¡Susto!!! ¿¿¿Te imaginas??? Me dijo Claudia (¡No!, decía yo). Yo aterrada, hablando mentalmente con Mia; Hija recuerda que el plan es en casa. Estando en Casa, le dije a Luis que quería caminar y nos fuimos caminando a casa de mi Mamá que queda a unas cuadras de la nuestra. Camino a casa de mi Mamá, sentí una contracción, un poco más fuerte que ya había sentido anteriormente. Recuerdo cuando unas semanas atrás tuve una contracción, un poco fuerte la verdad, sentí un calambre que me dejo un buen rato pegada a la silla literalmente, cuando le comente a Beltrán en unas de las consultas, le dije que sentí que pariría en ese momento, él me dijo: Y ¿Pariste?, (pelando los ojos) (¡¡¡No!!!, no parí). Volviendo a la contracción de camino a casa de mi Mamá, le dije a Luis: Será mejor que no comentemos nada para no asustar a nadie, principalmente a mi Mamá. El plan era parir en casa y se mantenía. Entando en la casa de mi Mamá, mi hermana Juliethe, observo que de vez en cuando me cambiaba un poco la cara y me preguntaba si algo ocurría, intentaba estar lo más serena posible. Insisto, no quería alamar a nadie. Le pregunte como fueron sus partos, de alguna forma buscaba distraerla y que me diera ciertos tips que me ayudaran. Ella menciono muchas cosas que me ayudaron a reconocer el trabajo de parto. Pase toda la madrugada sintiendo contracciones unas más fuertes que otras y yo haciéndome la valiente.
Al despertarme el día Viernes, 25 de septiembre del 2015, a las 7:30 a.m., fui directo al baño. Al secarme, me di cuenta que algo me estaba corriendo por la pierna, en un primer momento pensé que me había hecho del dos, porque aún estaba dormida. Al limpiarme y revisar me di cuenta que no era más que el tapón mucoso, por la textura que éste tenía. Por algo se llama tapón mucoso. Sí, es un moco. Entrando en estado de shock y varias emociones, llame a Luis. Luis se encontraba dormido, cabe destacar que Luis puede hablar dormido, responder y no recordarlo (¡¡¡MUAJAJA!!!). Se levantó dormido y fue al baño. Al verlo le dije: ¡¡¡Luis!!! Mira es el tapón mucoso, acto seguido, Luis se volvió a acostar sin emitir una palabra. Al ver su reacción, grite: ¡¡¡LUIIIIISSSS!!! – se devolvió abriendo más los ojos. Me dijo: ¿Qué paso?, aun dormido – Ve, es el tapón mucoso, a lo que su reacción fue muy nerviosa y casi no sabía qué hacer, si caminar o correr o volver a dormir (creo que mejor era dejarlo dormir). Comenzó a preguntar: ¿Qué hacemos?, ¿Y ahora?, Llama a Beltrán y todo esto del baño a la cama, de la cama al baño (Parecía un loquito). Le dije: ¡¡¡Cálmate!!! Llamaremos primero a Beltrán y él nos dirá que hacer. Luis llamo a Beltrán y el pidió que fuésemos a la clínica, para evaluarme y ver si de verdad había iniciado trabajo de parto. La verdad esto nos tomó un poco por sorpresa, debido que no teníamos ni plan “A”, ni “B” ni “C” para trasladarnos a la clínica ese día. En ese momento se nos ocurrió llamar Nicolás. Le pedí a Luis que no lo fuera a alterar con la llamada, sólo necesitábamos ir a la clínica. Luis, que es un poco alarmista cuando va a contar algo, no fue nada delicado y le dijo a Nicolás que ya había llegado el momento, que necesitábamos ir a la clínica. Acto seguido, Nicolás llego en menos que canta un gallo. Llamamos también a Elvis y Janeth, Elvis nos preguntó si ya habíamos llamado a Beltrán. Luis le indico que ya lo habíamos llamado y nos pidió que fuéramos a la clínica para examinarme. Elvis nos pidió que yo llamara nuevamente a Beltrán, ya que el por la voz identifica si estoy en trabajo de parto y cuanto falta (me sonó un poco lógico). Llame de nuevo a Beltrán y él me dijo por la voz yo te notó tranquila, igual ven a la clínica, necesito evaluarte. Al llegar Nicolás por nosotros, aun yo me encontraba en la ducha, no podía creer que el momento que tanto había esperado, ya había llegado. Nicolás notó que yo estaba muy tranquila y se tranquilizó un poco. Al llegar al consultorio, Beltrán me examinó, me dijo que sí, había iniciado trabajo de parto, pero que faltaba mucho, podía ser para la noche, día siguiente, pasado mañana. Llamamos a Elvis y Janeth, le comentamos lo que nos dijo Beltrán, pasamos buscando a Janeth y Eva, Elvis llegaría más tarde. Pasamos buscando a Janeth por el “Unicentro El Marqués”, estando allí, Luis hablando con Nicolás sobre el parto, una señora le dijo: “Si esa muchacha ya está en trabajo de parto ¿Que hace aquí?, llévenla a una clínica”, a lo que Luis le contesto: “Parirá en casa”, la cara de la señora lo dijo todo.  Estando en la casa, comenzamos a prepararnos para el gran momento. Eloysa nos cocinó un rico pastel de vegetales. Entre cada contracción, hacia una pausa y luego continuábamos hablando. Las contracciones para ese momento estaban entre 12 y 8 minutos. Beltrán estuvo llamando para saber cómo iba avanzando el trabajo de parto. Me indico que estaba con un parto en la clínica y que pasara lo que pasara, me fuera a la clínica. "Ana no estás sola, estoy al pendiente, pero no puedo ir a tu casa, pase lo que pase te vienes a la clínica", estas fueron sus palabras. Me daba tanta seguridad pero no quería ir a la clínica, yo quería parir en casa. Las horas avanzaban y las contracciones me mantenían entre 8 y 5 minutos. Hasta ese momento eran tolerables. Beltrán llamaba aproximadamente cada 3 horas y me insistía que me fuera a la clínica. Pero yo insistía que no quería ir. A las 8:00 p.m. Janeth me dijo para arreglar la cama, lo que llaman hacer nido, nos fuimos a arreglar la habitación, estando allí, llegó mi cuñada Alejandra a la casa preguntando por mí y como no queríamos que nadie se enterara de nada, Eloysa, que estaba en la sala, le dijo que yo me estaba duchado (¡¡¡Vaya susto!!!). A las 10:00 p.m. aproximadamente recibí la última llamada de Beltrán y le indicó a Janeth que me fuera a dormir, para descansar por si llegase a parir en la madrugada. Antes de irnos a dormir, las palabras de Janeth fueron las siguientes: “Si por algún motivo, se adelanta el trabajo de parto en la madrugada y no da tiempo a que llegue Beltrán, sabes que cuentas conmigo, Confía en ti y en mí”.
 

El día sábado, 26 de septiembre de 2015, me desperté con una contracción a las 2:30 a.m., a partir de ese momento no pude dormir más. A las 6:00 a.m., Janeth se acercó y pregunto cómo estaba y le comente que las contracciones estaban más fuertes que el día anterior. Janeth llamó a Beltrán y le comento sobre las contracciones. Beltrán y Elvis llegaron a las 8:00 a.m. aproximadamente. Luis preparó el desayuno y durante el desayuno me dieron varias contracciones, Beltrán al tocar la barriga notó que estaban fuertes. Durante el desayuno contamos varias anécdotas y sobre los accidentes que había ocurrido en la autopista GMA, Beltrán horrorizado pregunto si esa era la misma vía que él había atravesado y sus gestos dijeron todo. Beltrán me pidió que retomara los ejercicios con Elvis. Salimos a caminar al pasillo de planta del edificio donde vivimos. No recuerdo cuantas vueltas dimos y cuantas veces subí y baje del primer piso. A las 11:00 a.m. Beltrán me examinó y al realizar el tacto notó que estaba apenas en 2 cm de dilatación. Así que nos indicó que teníamos que continuar con los ejercicios y movimientos que me ayudarían a las expansiones del útero. Beltrán se fue a su casa a descansar ya que pasó la noche en la clínica atendiendo un parto, quedó en volver antes de anochecer. Comenzamos con los ejercicios y movimientos. Las contracciones cada vez eran más fuertes. Afuera del edificio había muchas personas, así que decidí caminar dentro de la casa. A las 4:00 p.m. me sentí un poco agotada, le comente a Janeth que necesita descansar un poco. A las 5:30 p.m. Janeth me dijo que debía caminar y retomar los ejercicios porque las contracciones se habías distanciados mucho. Retomamos los ejercicios. Luis fue mi gran apoyo, él estuvo en cada momento y movimiento. Janeth notó que en cada contracción apretaba los dientes y no estaba haciendo las vocalizaciones que me ayudarían a liberar un poco la tensión del momento. Me indico que intentara primero con "oooooooooo" y luego "aaaaaaaaaa". Al primer momento intenté con "oooooooooo" pero las contracciones estaban tan fuertes, que lo que comenzó con "oooooooooo”, término con "ooooooooooAAAAAAAAGGGGGRRRRRR" (Un grito muy fuerte) y a partir de ese momento no pude dejar de gritar. En algún momento del día y antes de anochecer llegó Beltrán, no noté su llegada, lo único que escuché fue una voz que me dijo: "Estas en la posición de pedir perdón", me encontraba en la cama en cuatro puntos. Estaba tan concentrada en cada expansión de mi cuerpo. Sentí momentos en flaquear y pedir que me llevaran a la clínica y terminar en cesárea, pero luego pensaba en Mia y volvía a sacar guáramo de donde no lo tenía y continuaba con los movimientos. Luis preocupado, le pregunto a Beltrán si había riego y Beltrán muy a su mejor estilo: "Es el mismo si yo te hubiese preguntado, después de haber escuchado los cuentos de la autopista, si había riesgo de volver a mi casa". (repito Beltrán tiene una manera particular de decir las cosas y a Luis le encanta, ¡¡¡JA!!!). Pero lo entiendo, yo estaba tan nerviosa como él, pero debía mantenerme "tranquila". Janeth me pidió que intentara agacharme al sentir las contracciones y así lo hice. Así, como no pude dejar de gritar entre cada contracción, no pude dejar de agacharme. Luis dice que hice la rutina de Richard Linares (valga la publicidad). Luis me acompañó en cada ejercicio, en cada movimiento, en cada grito. Él me decía que gritara más fuete y yo sólo quería que sintiese una contracción (¡¡¡JA!!!). Hubo un lugar que me ayudó muchísimo, pero cada vez que entraba allí, Janeth me pedía que saliera y continuará afuera. Ese lugar era el baño de mi habitación. Inclusive en algún momento de los gritos y las agachadas, entré al baño y tome una ducha. Las contracciones no me permitieron comer durante el día, sólo pude comer alguna que otra fruta. Perdí la noción del tiempo, la verdad estaba muy agotada. Las contracciones estabas una tras otras. Entré nuevamente al baño y le pedí a Luis que llamara a Beltrán para que me examinara, sentía que ya no daba más. Luis salió de la habitación y en ese momento que entró Luis, Beltrán y Elvis tuve una contracción Super más fuerte que me llevó de rodillas en la esquina se la cama. Cuando me dejó ponerme de pies, Beltrán observó un líquido en el piso, pidió que encendieran la luz del baño, casi toda la casa estaba con las luces apagadas. Al encender la luz del baño, me dijo ya rompiste fuentes, vamos a examinarte. Colocó un aparato en que parece una trompeta (fetoscopio Pinard)  para escuchar los latidos de Mia, luego le pidió a Luis que también escuchara. A Luis se le iluminaron los ojos. Beltrán nos dijo los latidos están muy bien, vamos hacer tacto. Al realizar el tacto dijo ya estaba en 8 centímetros, falta poco, como dos horas. En Teoría es una hora por expansión. En total son 10 centímetros de dilatación para parir. Yo me dije en ese momento mentalmente, "¿¿¿Qué??? ¿¿¿Dos horas???, ¡¡¡NO!!!, quiero parir ¡¡¡YA!!!" nuevamente sentí la necesidad de entrar al baño, me sentía muy cómoda allí. Al sentarme en la poceta sentí enormes ganas de hacer pupú y me dije: "Llegó el gran momento". Luis estaba conmigo en el baño y me decía muchas cosas al mismo tiempo y le pedí que callara, estaba aturdida entre las contracciones y lo que Luis me decía. Estaba en el tope máximo de las contracciones y me agarre del lavamanos que estaba justo al lado de la poceta y lo despegue (me sentí HULK). Luis comenzó a llamar a Elvis. Elvis pensando que me había desmayado, vino corriendo y ayudó a sostener el lavamos que afortunadamente es de pedestal. Sentí enormes ganas de pujar y Elvis me dijo "vas muy bien así se hace". Nuevamente sentí ganas de pujar y al hacerlo sentí como Mia descendió un poco y en ese momento sentí que todo había valido la pena, ya faltaba poquito para tener a mi hija en mis brazos. Ya no sentía dolor alguno. Me sentía tan feliz que comencé a reírme. Beltrán entró al baño a ver que sucedía y me pregunto si ya estaba pujando, me reviso y dijo: " Ya esta mujer está lista, Llévenla a la cama”. Ya en ese momento había coronado la cabeza de Mia. Yo no quería salir del baño, me sentía cómoda y les dije que no quería salir y en ese momento Janeth dijo, que tenía que salir del baño, porque el espacio era muy pequeño para que Beltrán entrara (Janeth era la sacadora del baño ¡¡¡JA!!!). Entre todas las sensaciones que sentía en ese momento, me negué varias veces, hasta que pedí que me cargaran y me llevaran a la cama. Luis y Elvis me cargaron y me colocaron a un lateral de la cama, Beltrán encontraba preparándose, yo sentía que en cualquier momento podía salir Mia y Beltrán estaba de espalda hacia mí colocándose los guantes. Elvis me decía: “ya falta poco, en dos pujos más tendrás a tu hija en tus brazos, imagina el olor de su cabeza”. A Janeth se le enredo un poco el papagayo con la cámara y la colocó en modo video y salió a buscar la otra cámara. Todo ocurría tan rápido, sentí nuevamente ganas de pujar y sentí como salió la cabeza de Mia, Beltrán me dijo puja nuevamente ya falta poco, tome fuerzas en fracciones de segundos y nuevamente volví a pujar y maravillosamente salió Mia. Escuché cuando Janeth dijo: "son las 11:32 pm". Beltrán la colocó en mis piernas, comenzó a limpiarla, yo la tenía tomada con mis manos, no podía creerlo. Luis lloraba de alegría, lo abrace. No podía creer que mi hija ya había nacido y que había salido de mí. Mi impresión fue tan grande que no podía hablar. Beltrán me decía: "mamá háblale a tu hija, estás muy callada", pero mi alegría era tan grande que no podía hablar, yo sólo la observaba. Beltrán término de limpiarla, Luis cortó el cordón umbilical y me la colocaron directo a la teta. Aún recuerdo la sensación de tener a mi hija pegada por primera vez a mí. Entre la oxitocina y la emoción le dije a Luis, que si estaba preparado para el segundo (¡¡¡JA!!!). Beltrán al terminar todo me dijo: “Yo pensaba que nos ibas a echar una vaina”, claro, él pensaba que con la hiperactividad que tenía en los movimientos, en cualquier momento me podía desmayar. Todo ocurrió tan rápido que hubo momentos que sentí que perdía la noción del tiempo y entraba en un laberinto y volvía de nuevo a momento de estar pujando. No podía creer que después de 40 horas contadas a partir del momento que bote el tapón mucoso, ya había nacido mi hija. No cambiaría nada, todo salió a la perfección y cómo nuestra hija nos había llevado a su nacimiento. Fue un gran camino, el mejor. El inicio de tantos, que a partir de ahora, nos tocará recorrer de la mano de nuestra Mia. Mia eres nuestra gran maestra, me devolviste de nuevo a la vida ese día miércoles, 18 febrero de 2015, cuando tu papá y yo recibimos la hermosa noticia que estabas en mi vientre. Llegaste justo en el momento indicado. Bendita seas hija hermosa, soy tan afortunada de tenerte en mis brazos, sólo tú y yo sabemos lo momentos que vivimos cuando éramos una sola. Éste es un proceso de crecimiento que nunca terminará, contigo veré la vida llena de nuevos matices. Te amo hija hermosa. Eres el motor de mi vida. Mi Mia de mi vida, mi Mia de mi alma, mi Mia de mi universo entero.
 

Gracias Michel, Gracias Orledi, Gracias Elvis, Janeth y Eva, Gracias Beltrán, Gracias Luis, Gracias Mia - mi gran maestra y gracias a todas esas personas que aportaron su granito de arena, con palabras inspiradoras para seguir adelante.
 

Todo esto pudo ser contado en tres Líneas, pero sentí la necesidad de dar el mayor detalle posible, a lo que considere más importante. Tal vez omití algunos, pero me siento orgullosa de este gran camino, de las personas que conocí, de quienes me siento honrada. Les abrazo.